Cuando el pasado sábado Zidane piso el césped del Bernabéu para sentarse en el banquillo, la afición parecía revivir aquellos días de vino y rosas de principios de los 2000. Sentados en sus butacas, aplaudiendo al que un día fue (y sigue siendo) su ídolo, parecían esperando a que el vagón de la montaña rusa más grande del mundo se pusiera en marcha para deleite de todo el universo.
Hay un denominador común que flota por encima de toda la trayectoria de Aaron Sorkin: pretende mostrarnos la épica de la sociedad actual de una manera literaria y a la vez moderna. Nos alienta a que seamos capaces de superarnos cada a día y, sobre todo, nos inspira.
Este viernes se estrenará una nueva película de Star Wars. Las entradas salieron a la venta hace unos meses y los cines se frotan las manos para recibir a los millones de fans que se agolparán a las puertas.
John Lennon amaba la música y optó por perseguir sus sueños. Sin embargo, a mitad de trayecto pidió ayuda y nadie le escuchó. Cuando consiguió salir del pozo, alguien decidió que debía acabar con su vida. De eso hace ya 35 años.
La franquicia Ocho apellidos... es un fiel reflejo de España. La mejor embajadora. Ya no sólo a la hora de representar las diferencias entre regiones, sino por la atmósfera que ha creado alrededor y que deja al descubierto un país lleno de extremos.
Hace dieciséis años que Enrique Urquijo se fue de este mundo, cargando con él unos problemas demasiado difíciles de afrontar. Fundador de bandas míticas de la Movida Madrileña como Tos o Los Secretos, aún en activo, fue uno de los pioneros del pop-rock callejero del que tantos otros se han nutrido.
La primera película, Casino Royale, no fue nada más que el preludio de una serie que con Skyfall y Spectre han tocado techo. La maestría de Sam Mendes, director de estos dos últimos filmes, le han dado a la saga un salto de calidad a nivel cinematográfico.
Para combatir el otoño, y para superarlo, la música puede ser un buen aliado.
Aunque el planteamiento de Mi gran noche no puede ser más atractivo, la ejecución es un poco endeble. El guión pierde fuerza a las primeras de cambio y la intensidad, tan propia del director, en esta ocasión hace que el espectador se canse demasiado rápido. Goza de buenos momentos de humor, pero explota demasiado los gags que funcionan.
En Reino Unido no están dispuestos a morir por la causa. Cualquier inglés tiene en su cuarto un póster de Lennon al lado de uno de Mick Jagger.