¡MALA MADRE!

Hoy comparto un texto que el doctorr Carlos Heckteur, médico psiquiatra, dio a sus alumnos con la condición de que lo leyesen junto a sus padre, se trata de un hecho real.
Hoy comparto un texto que el doctorr Carlos Heckteur, médico psiquiatra, dio a sus alumnos con la condición de que lo leyesen junto a sus padre, se trata de un hecho real.
A mis hijos me gustaría dejarles en herencia: autonomía para la vida, saber discernir quién merece la pena y a quién hay que evitar, gusto por aprender, luchar ante las adversidades y aprender de ellas, respetar a todos, y hacerse respetar, tener una buena autoestima, pero que ésta no les lleve a creerse superior a nadie. Que sepa pedir ayuda cuando lo necesite.
Este es uno de los problemas más comunes que tienen muchos padres. ¿Qué debo hacer? ¿Respetar mi propio sentido común? ¿Dejarme llevar por las presiones externas para no tener bronca con mi hijo?... Como ya he dicho en otras ocasiones, cuando los hijos crecen los padres deben saber “pegar el estirón” como padres y crecer también.
TENGO LA SUERTE, de devolver a los niños de Infantil a sus mamás, durante varios días a la semana, y ¡qué regalo mutuo!
Dígales exactamente lo que piensa de ellos en todas las ocasiones.
Recuerdo siempre con cariño, los consejos de mi madre en la infancia, y cómo me contaba que cuando ella iba a la escuela tenían un tiempo en clase dedicado a “las normas de urbanidad”.
¡Ay, las peñas!, algo muy nuestro que puede aportar buenos momentos y colorido a nuestras fiestas. Pero todo a su edad, y con su medida.
Su nombre era la Señorita Tompson. Y estaba al frente de la clase de 5º. Todos sus alumnos parecían iguales, todos menos un niño llamado Teddy Stoddard, quien desparramado en su asiento, se encontraba en la primera fila.
Propuestas que nos hace Roser Battle y que yo adapto y comparto con vosotros.
El verano es una época propicia para la diversión, el esparcimiento y una mayor vida social al aire libre y es también tiempo de… piscina. Pero la buena educación no debe relajarse. Nos quitaremos la ropa pero no la educación. Todos queremos pasar un rato tranquilo sin vecinos alborotadores o niños maleducados.