Habrá socialistas de verdad, por Dios, ¿dónde están?
TEXTO DE VIDAL HOLGADO
Con la que está cayendo, a cualquiera se le quitan las ganas de escribir, sin embargo, hay que hacer de tripas corazón y hacerlo, mantener los hábitos es también una forma de que cada uno contribuya aportando su granito de arena, sobre todo aquellos que la única forma de contribuir es quedarnos en casa y seguir las indicaciones de quienes están luchando a brazo partido por sacarnos de esta, desanimarse, lo último.
Es costumbre entre humanos pensar que las desgracias solo le ocurren al vecino y debido a eso hemos tardado en reaccionar porque nos negábamos a creerlo. Nos extrañamos y nos tomamos a chacota a los primeros chinos que vimos por la calle con mascarillas y cerrando sus comercios y restaurantes, los tomamos por achinados, nunca mejor dicho, y resulta que estaban en lo cierto, seguramente porque sus parientes en china si les tenían bien informados. Desgraciadamente, aún hoy, hay países que todavía no se lo han creído del todo y claro, falta el miedo, que es buen guardián, dentro de poco, también se darán cuenta de que han perdido un tiempo precioso, dada la gravedad de la situación.
A nosotros nos ha pasado, y lo mas grave es que nuestro gobierno ha tardado, al menos siete días, en tomar medidas, incluso alentando actuaciones gravemente perniciosas, cuando ya tenía avisos de autoridades internacionales. Se dice que no es momento de reproches, puede que sí, y también de ser indulgente con aquellos que se equivocaron, puede que también, pero perdonar no implica olvidar y los errores también se pagan, no libran de responsabilidad y muchas actuaciones negligentes, interesadas y hasta malintencionadas, una vez superada la crisis, deberían tratarse con el código penal en la mano.
Parece mentira que haya gente tan rastrera que, hasta de semejante desgracia, intente sacar rédito político de la situación. Hay muchos, si muchos, pero uno destaca supinamente, y no es otro que nuestro vicepresidente Pablo Iglesias, es tan falso, tan mentiroso, tan miserable que no solo debe desaparecer del gobierno, sino de la política, de la vida pública y mejor todavía, ser desterrado. Que le acompañe nuestro presidente, por mantenerle en el gobierno y por consentidor, mira que, en lugar de mandarlo a hacer puñetas, le consiente darnos un mitin desde la Moncloa. Solo faltaba que, una vez terminada la crisis, le falte tiempo para volver a reunirse con Torra, Rufián y Urkullu, demostrando una vez mas cuales son sus intereses y lo poco que vale. Estamos ya hartos de oír hablar de libertad de expresión, la suya claro, y de diálogos que no sirven para nada, cuando alguien solo sabe enfrentar los problemas hablando de dialogo, es que no tiene ni pajolera idea de cuál es la solución, o peor, es tan inepto y tan cobarde que no se atreve a aplicarla. HABRÁ SOCIALISTAS DE VERDAD, POR DIOS, ¿DONDE ESTÁN?
Y que decir de esa concejala canaria que dice que, de lo que se trata es de una selección natural, que la naturaleza sigue su curso y que es un aviso de que puede ser que estemos llenando la tierra de muchas personas mayores y no de jóvenes, vamos que si solo se mueren los viejos, no pasa nada, hasta nos están haciendo un favor, a los viejos no claro, además, que se mueran en casa o en la residencia, no vaya a ser que a mí me entre también la peste o una apendicitis y no haya sitio en el hospital si me tienen que ingresar, no te jode con la tía. Sabido es que la política está llena de tarugos y analfabetos, pero esta se sale de la escala, habrá leído tanto que se le ha desbordado el cráneo, debería saber que la naturaleza, a veces, también se equivoca, la prueba está en que permite la existencia de engendros como ella. Y lo peor, que está ahí porque la han elegido, y seguramente aún continua en su puesto. A veces piensa uno que, menos aplausos, canciones, hacer cencerradas y tocar la trompeta en los balcones y más aprender a votar.
Suerte, ánimo y disciplina para que salgamos cuanto antes, y muchas gracias a todos aquellos, incluidos camioneros, asistentes de ancianos, personal de supermercados y tiendas de alimentación, barrenderos, panaderos y a todos los demás, no puedo citar a todos porque se me olvidarían muchos y porque no caben, y que muchas veces son injustamente ignorados, que tienen la obligación de mantenerse en el puesto, incluso a riesgo de poner en peligro su propia vida, en ayuda y beneficio de todos.
Quiero mencionar a las eléctricas, a las suministradoras de combustibles y a las empresas de comunicación, porque no cayéndome muy simpáticas, en esta ocasión, es de justicia reconocerles su excelente servicio, sin el cual, el aislamiento sería durísimo, casi insoportable.
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