Desde la habitación del hotel, al cuarto del generador e incluso a una parcela vacía hasta que fue enterrado en la playa en la que se encontró el pasado 30 de agosto
Cadena perpetua para una madre francesa que dejó morir de hambre a su hija de 13 años
La menor estuvo encerrada en una habitación sin ventanas y cuando murió de septicemia y paro cardiaco pesaba sólo 28 kilos
La Justicia francesa condenó este viernes a cadena perpetua a una madre que causó la muerte de su hija de 13 años al dejarla sin comer y torturarla hasta su fallecimiento por paro cardíaco y septicemia en agosto de 2020, con un peso de tan solo 28 kilos.
La condenada, Sandrine Pissarra, según el canal televisivo BFM, deberá cumplir al menos 20 años entre rejas antes de poder solicitar cualquier beneficio penitenciario y su abogado confirmó que no recurrirá la sentencia emitida por el Tribunal de lo Criminal de Hérault, en Montpellier, recoge EFE.
También fue condenado el padrastro de Amandine, la víctima, ya que el tribunal lo declaró igualmente culpable de haberla privado de alimentos y cuidados, así como de omisión de socorro.
Para él la pena fue de 20 años de prisión, superior incluso a la petición de la Fiscalía, que había solicitado 18.
La pena de la madre, la máxima contemplada en el Código Penal francés, va en línea con lo requerido por la Fiscalía, que durante este proceso en Montpellier -que duró cinco días- la señaló como una "tirana doméstica". "El veredicto está a la altura de la gravedad de los hechos", manifestó a la prensa el padre de la adolescente, Luc Abratkiewicz, a la salida del tribunal.
La niña falleció en su domicilio de la localidad de Montblanc, después de varias semanas enferma, sin comer y encerrada en una habitación sin ventanas.
La mujer, de 50 años, había estado incluida en el sistema VioGén; la Guardia Civil busca desde primera hora al presunto culpable, ya identificado
El trágico accidente, que ha causado 15 muertos y 23 heridos, se produjo al descarrilar el Elevador da Glória, un conocido funicular turístico
El menor, de 12 años, relató a los agentes que había cobrado 20 euros por entregarlo en una dirección concreta