Pedro Sánchez remite una carta a la Comisión Europea rechazando cualquier "relajación adicional" que frene la "descarbonización"
España insiste ante la UE en vetar el motor de combustión desde 2035 y limitar la fabricación de híbridos
Pedro Sánchez remite una carta a la Comisión Europea rechazando cualquier "relajación adicional" que frene la "descarbonización"
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha pedido por carta a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que mantenga el veto a la venta de coches nuevos con motores de combustión desde 2035, en vísperas de que el Ejecutivo comunitario presente una propuesta para aliviar a la industria de la automoción.
"Rechazamos que los vehículos con motor de combustión u otras tecnologías sin viabilidad probada puedan seguir comercializándose más allá de 2035", escribe Sánchez en la misiva a la que ha tenido acceso EFE, fechada el 11 de diciembre, y en la que aboga también por favorecer la producción europea, electrificar las flotas de empresa e impulsar el uso de acero verde.
El jefe del Gobierno de España recuerda que la Comisión ya introdujo hace un año flexibilidades en las normas de CO2 para los fabricantes entre 2025 y 2027 y asegura que "cualquier relajación adicional conllevaría el riesgo de provocar un retraso significativo en la descarbonización de las inversiones".
También reduciría la demanda de coches eléctricos, lo que afectaría a la competitividad futura de la industria europea del automóvil y de los componentes e incrementaría "la probabilidad de cierres de plantas y pérdidas de empleo en toda la UE", señala.
La Comisión presentará el martes propuestas para aliviar a la industria del motor, un sector que representa el 7% del PIB de la Unión Europea y que se encuentra en dificultades por la competencia de los eléctricos chinos más baratos, los aranceles de Estados Unidos y unas ventas inferiores a lo esperado.
La Comisión hará pública su propuesta una semana después del calendario previsto inicialmente, lo que ilustra la intensidad de las negociaciones y presiones de última hora sobre un ajuste normativo en el que el Ejecutivo seguirá trabajando durante el fin de semana, indicaron a EFE fuentes europeas.
Según los borradores que circulan, la Comisión propondría que en 2035 se permitiría que el 10% de las ventas fueran aún de vehículos que emitan CO2 y el veto se trasladaría a 2040, mientras que el presidente del Partido Popular Europeo, el alemán Manfred Weber, ha asegurado que "la prohibición de los motores de combustión interna es ya historia".
Bruselas podría optar además por flexibilizar ese umbral de forma que en las flotas se contabilicen como "cero emisiones" los híbridos enchufables y los eléctricos que incorporan un motor de combustión que no impulsa el vehículo sino que funciona como generador.
En su carta a Von der Leyen, Sánchez defiende que se limite la producción de híbridos a partir de 2035 porque lastraría la demanda de eléctricos puros.
La posición de España contrasta con la de Alemania, que ha presionado mucho por mover la fecha de 2035, y con la de Italia, Hungría, Polonia, Bulgaria, la República Checa y Eslovaquia, que han pedido a Bruselas por carta consultada por EFE "que la UE abandone, de una vez por todas, el dogmatismo ideológico".
Made in Europe
España y Francia difundieron semanas atrás un documento en el que abogaban por mantener 2035 como límite para los coches que emitan CO2, con medidas de apoyo a la industria que invierta y fabrique en la UE.
Ahora Sánchez insiste en que se establezca "un porcentaje mínimo obligatorio de contenido producido en la UE, así como el "uso preferente" de chatarra local de acero verde.
También apoya la creación de una nueva categoría de "pequeños vehículos eléctricos" baratos, que se inspira vagamente en los diminutos coches 'kei' japoneses.
Bruselas estudia conceder acceso reservado a plazas de aparcamiento e infraestructuras de recarga a esta nueva categoría, algo que agrada a los grandes grupos franceses Stellantis y Renault, y que dentro de la Comisión se conoce jocosamente como la "Sejournette", en referencia al vicepresidente de Industria de la CE, el francés Stéphane Séjourné, según Financial Times.
Coches de empresa
Otro de los puntos en discordia es la electrificación de las flotas de empresa, que suponen el 60% de las ventas de coches pero que tampoco gusta al bloque encabezado por Berlín y Roma.
España cree que las cuotas tienen "gran potencial" para impulsar las ventas y generar un mercado de segunda mano, escribe Sánchez, que pide también un "sólido" impulso al subsector de las baterías.
Críticas
Los detractores de la revisión a la baja de las normas de CO2 consideran que la industria europea perdería otra carrera tecnológica.
La ONG Transporte y Medioambiente calcula que si los fabricantes sólo estuvieran obligados a reducir un 90% las emisiones medias de sus flotas, bastaría con que los híbridos enchufables representaran alrededor del 46% de las ventas para cumplir el objetivo. La copresidenta de los Verdes en la Eurocámara, la alemana Terry Reintke, atribuye el apetito por flexibilizar normas sobre automoción a "un debate fuera de control sobre la desregulación, especialmente en Alemania".
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