"Contratar médicos sin especialidad puede generar la percepción de que Atención Primaria no tiene valor"

La presidenta de la Sociedad Castellano y Leonesa de Medicina Familiar, Isabel Gutiérrez, reclama reformas urgentes para salvar la Medicina de Familia

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"Contratar médicos sin especialidad puede generar la percepción de que Atención Primaria no tiene valor"
Isabel Gutiérrez. (Foto: Ical)
S. Calleja / ICAL
Lectura estimada: 10 min.
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Ser médico de Familia va, y mucho, de vocación. Implica tratar con las personas desde la cercanía, la confianza y el compromiso. No consiste solo en diagnosticar o recetar, sino de acompañar, escuchar y entender a quien tienes delante, con su historia, su contexto y su fragilidad. Así lo explica, y lo vive, la presidenta de la Sociedad Castellano y Leonesa de Medicina Familiar y Comunitaria (SocalemFyC), Isabel Gutiérrez, quien no duda en defender la Medicina de Familia como una de las grandes fortalezas del sistema sanitario. Pero también, lamenta, que a veces es una especialidad maltratada. "Hago lo que me gusta, pero no como me gusta", resume, para denunciar la precariedad, la falta de tiempo, de estabilidad y de recursos que sufre la Atención Primaria. Este lunes, 19 de mayo, se conmemora el Día del Médico de Familia.

 

- ¿Qué fue lo que le hizo elegir la Medicina de Familia como vocación y no otra especialidad?

- Soy una médico de Familia tardía. Siempre me gustó muchísimo el mundo de las Ciencias Naturales, como se llamaba esto cuando estudiaba en el instituto. Me apasionaba la docencia, de hecho, soy profesora asociada; me encantan los estudiantes de Medicina, cómo llegan al centro de salud y cómo se sorprenden día a día de lo que hacemos. En principio, iba por Letras y de la mañana a la tarde lo cambié, lo cual disgustó mucho a mi tutora, porque me veía con mucha capacidad para las Bellas Artes, para estudiar en Salamanca. Me enfoqué en el cuidado de las personas, porque me gustaba muchísimo hablar con la gente, ver lo que les pasaba. Dejé la carrera en tercero por problemas familiares, y me dediqué a trabajar. No era ni auxiliar de Enfermería, ni enfermera. Estuve en el Hospital Militar y allí me formé. Los médicos que trabajaban allí me dijeron, acaba la carrera y enfócate porque te gusta, te gusta la Medicina. Tras ello y trabajar en el sistema, porque soy pre 95 y tenía certificado de la Unión Europea, pues ya podía trabajar, pero decidí que tenía que hacer el MIR. Me parecía que me faltaba algo, que tenía que formarme más y fue la mejor decisión, aunque también supuso un importante coste personal y profesional, porque tenía una edad y ya estaba casada con un niño. Mi inspiración fue don Rafael, mi médico de cabecera..., siempre me trataba de una manera y con una proximidad. Mi madre decía, es que es de la familia. Entonces a mí eso se me quedó.

 

- A lo largo de todos estos años, ¿qué momento es ese que nunca olvida, cuando dijo, por esto vale la pena ser médico de Familia?

- Tengo muchos momentos, buenos y malos. Recuerdo especialmente a un paciente mayor de Olmedo, donde trabajé siete u ocho años. Es como si le viera hoy. Siempre me recibía y me daba los buenos días al bajarme del coche y entrar al centro de salud. Era un paciente crónico paliativo, con una insuficiencia cardíaca ya bastante avanzada. Me comentó que se encontraba mal y cuando le sugerí derivarlo al hospital, me cogió de la mano y me dijo: "¿Te quedas hoy de guardia?, pues me quedo. Falleció conmigo. Fue un cúmulo de emociones que todavía se me sube desde el estómago: gratitud por su confianza, tristeza y la responsabilidad de acompañarle. No era una persona que pasa por la calle, lo conocía bastante. Para mí, para mi compañero enfermero, fue gratificante, fue doloroso porque le conocíamos, pero al mismo tiempo fue ayudar.

 

Nos da la sensación de que nunca llegamos porque estamos completamente estresados, tanto el profesional como el paciente

 

- Una de las virtudes de esta profesión es esa proximidad con el paciente, pero también se enfrentan a otros problemas, sobrecargas, falta de recursos... Isabel, ¿qué momento vive la Medicina de Familia en Castilla y León?

- Vive un momento crítico. Tenemos profesionales muy bien formados, escrupulosamente formados. Cuando los estudiantes de medicina llegan al centro de salud se sorprenden muchísimo de la tarea que hacemos, de cómo llegamos al paciente, de cómo le atendemos, de cómo resolvemos los problemas, de cómo establecemos un circuito adecuado para que ese problema tenga un seguimiento en el sistema a través de otros compañeros especialistas. Se sorprenden muchísimo al ver que entra por la puerta una persona con nombre y apellidos, a la que se llama por su nombre, que se sienta y te comenta como si estuviera en el salón de tu casa, hablando contigo y contándote el problema que le preocupa en ese momento. Pero, ¿qué pasa? La accesibilidad que tenemos es tan buena, que al mismo tiempo supone un momento crítico por la sobrecarga tan importante. En el medio urbano comenzamos con una agenda que puede ser perfectamente realizada y acabamos con otra muy distinta, nos da la sensación de que nunca llegamos porque estamos completamente estresados tanto el profesional como el paciente. No te he hablado del medio rural, al que se le unen unas características muy peculiares que tiene nuestra Comunidad Autónoma, que es una de las más extensas de Europa, con la despoblación, la dispersión, el territorio tan amplio, el envejecimiento, la alta prevalencia de enfermedades crónicas...

 

- Habla de la sobrecarga de las agendas, de falta de tiempo para atender a los pacientes, añora esas consultas de diez minutos. ¿En realidad, faltan médicos de Familia en Castilla y León o están mal distribuidos?

- La última demografía del Consejo de Colegios de Médicos indica que en diez años se jubilarán unos 5.000 médicos en Cartilla y León, siendo una de las más perjudicadas la Medicina de Familia, y sobre todo afectará a la zona rural. Además, tenemos que tener en cuenta que estamos en el siglo XXI y que hay un cambio en la Medicina de Familia, que se está feminizando, lo que implica no un problema, sino que se tendrá que tener en cuenta, cuando se gestionen los recursos, que las mujeres tienen que tener tiempo para sus bajas o reducciones de jornada por periodos de embarazo, de lactancia o de crianza de hijos. ¿Hay una mala distribución de los profesionales?, pues las provincias que mayor cantidad de profesionales tienen son tres, Valladolid, Salamanca y León. Y luego, que ¿faltan profesionales?, pues faltan profesionales, porque también tenemos los últimos recién egregados que todavía no han conseguido ir al MIR. Todo esto es por una gestión de recursos humanos que tiene que irse haciendo viable. También tiene que haber un cambio de modelo, no solamente asistencial, sino de modificación estructural de los recursos.

 

Los profesionales sin la especialidad de Atención Primaria no cumplen las competencias de calidad del sistema MIR.

 

- Esto también está provocando la contratación de médicos sin especialidad. ¿Qué riesgos supone esta práctica para el sistema y para los pacientes, o es que un parche que hay que asumir?

- Nuestra postura es firme. No se debe de traspasar la línea roja. Hay que blindar la Atención Primaria y hay que blindarla con el profesional que garantice la atención de mayor calidad, más eficiente, a través de los profesionales bien capacitados. Estos profesionales sin la especialidad no cumplen las competencias de calidad del sistema MIR. El riesgo es múltiple: puede aumentar el riesgo de eventos adversos y de errores de atención al paciente; genera estrés en los propios profesionales, dificulta la gestión de la cronicidad… También, promover la salud es una de nuestras competencias, uno de nuestros títulos o de nuestros apellidos. El hecho de que estas personas no estén lo suficientemente capacitadas puede redundar en que no seamos eficientes y que gastemos recursos de forma innecesaria, por ejemplo, haciendo análisis porque no sabes hacia qué proceso estás diagnosticando al paciente. También supone un riesgo en la continuidad. La contratación de médicos sin la especialidad puede generar una percepción de que la Atención Primaria parece como que no tiene valor. A nadie se le ocurriría meter a una persona no preparada en cirugía en un quirófano. Eso puede a su vez hacer que esta especialidad sea como no atractiva, porque parece que cualquiera puede hacerlo. Por último, no pueden estar en centros docentes porque ellos no pueden hacer docencia. Entonces, ¿quién supervisa y quién forma a los mires? Esto redunda en un mayor trabajo para esos otros profesionales. Por lo tanto, todo va en detrimento de una Atención Primaria de calidad.

 

- Comenta que uno de los puntos críticos es que la especialidad no sea atractiva. Precisamente, su oferta MIR es de las de mayor volumen, pero todavía quedan plazas sin cubrir, ¿por qué?

- La Medicina de Familia tendría que estar presente y muy presente como una especialidad médica transversal y por lo tanto debería de formarse ya en la universidad. Hace unos días hemos tenido la fortuna de tener la primera catedrática de Medicina Familiar y Comunitaria en Aragón, Rosa Magallón, de la cual estoy muy orgullosa porque es amiga. El estudiante tiene que saber cómo lo hacemos. Miramos al paciente de forma integral y no solo al paciente, sino a la familia. Realizamos un trabajo basado en la prevención, la promoción de la salud y en el cuidado continuo. Y todo esto desde un enfoque holístico y biopsicosocial, considerando al paciente en todo su contexto, o sea, mucho más allá de la enfermedad. El tutor tiene que proporcionarle un conocimiento de cómo es la Medicina de Familia; tiene que saber las habilidades que tenemos de interacción y de comunicación con el paciente y su familia. Un cirujano interactúa poco con un paciente. Nosotros interactuamos todos los días, y no solo tratamos al paciente, sino tratamos al paciente en su contexto y en su enfermedad. La sociedad nos valora, somos el médico de referencia, el médico de las personas. También, tenemos posibilidades de desarrollo profesional si nuestra agenda nos lo permite; podemos estar implicados en políticas de salud, por ejemplo hemos participado en el V Plan de Salud, en el desarrollo de programas de prevención y de promoción de la salud. Esto puede ser atractivo o no, pero hay que explicárselo a los recién egregados. Tengo también el orgullo de que hace menos de diez días mi residente se hecho doctora. Hizo su tesis y va a seguir investigando. Todo esto hay que darlo a conocer, porque solo se ama lo que se conoce. Luego está una gestión adecuada, unas políticas adecuadas y adaptadas, con una financiación adecuada, porque todo esto permitirá que tengamos más tiempo para dedicárselo tanto a la atención como a la formación.

 

Los pacientes me invitan a entrar en su vida y me cuentan cosas muy personales. Muchas veces te tienden la mano y te piden ayuda, que les tranquilices, que les acompañes, que les alivies. Esta especialidad para mí es muy grande

 

- Isabel, ¿qué mensaje lanzaría a los estudiantes que están empezando en facultades de Medicina para que se acerquen a la especialidad de Familia, que la conozcan, que sepan lo que es la Atención Primaria?

- No soy objetiva, porque amo la Medicina de Familia y siempre he dicho que volvería a elegirla. Tengo siempre mi frase: hago lo que me gusta y no como me gusta. Me gusta el contacto con el paciente cuando entra por la puerta, su primera mirada, cómo se sienta, es lo que me dice y lo que no me dice, y me lo dice a través de su postura, o de sus expresiones no verbales. Eso todos los días me hace ir a la consulta. Me invitan a entrar en su vida y me cuentan cosas muy personales. Además, muchas veces te tienden la mano y te piden ayuda, que les tranquilices, que les acompañes, que les alivies. Esta especialidad para mí es muy grande, con el respeto al resto de especialidades. Somos el médico de ese paciente y también de su familia. Pero está la parte negativa. Aunque, francamente, siempre utilizo el tiempo que necesito para cada paciente, cuando salgo a la sala de espera, les veo un poco contrariados por lo que tienen que esperar. Me parece que voy con prisas, que los pacientes también parece que van acelerados... ¿Y por qué? Por las interrupciones de la puerta, con un paciente preguntando; la puerta del enfermero que necesita resolver alguna cuestión y que tiene que preguntarme, el teléfono que suena muy a menudo... Esto es lo que no me gusta, esto es lo que me disgusta. No obstante, les digo a mis estudiantes de Medicina que esta especialidad es como la ven. Se van francamente impresionados porque no eran conscientes de cómo era. Me parece, vamos, como dicen los chavales de ahora, lo más.

 

- Si la Consejería de Sanidad le regalara un cheque en blanco para mejorar la especialidad, ¿en qué lo invertiría ?

- Pido a las administraciones y a los gestores que piensen en el último informe que hizo la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFyC), que proponía una ley para la Atención Primaria, porque si la Atención Primaria funciona, funciona el resto del sistema. Modernizar nuestro modelo territorial, adaptado a nuestras necesidades, tanto demográficas de envejecimiento como geográficas por nuestra dispersión; adaptar esta atención primaria a la realidad que tenemos ahora en el modelo de atención, cambiar y dar una mayor preponderancia en el equipo de atención primaria a todos sus miembros, cada uno con sus competencias, con sus responsabilidades, con sus capacitaciones. También, disponer de estructuras administrativas propias, prestigiar la especialidad en la sociedad, en la Universidad, y asegurar a esos tutores que lo hacen por nada, porque quieren la medicina de familia y conseguir unas unidades docentes con adecuados recursos humanos y materiales. Son demasiadas puntos en la hoja de ruta. Yo creo que entre todos podemos colaborar a que esta atención primaria siga adelante y que el médico de familia haga su trabajo y es muy importante. El médico de familia no es el punto de entrada ni el punto de salida; somos un profesional más, pero somos el eje vertebrador. Los pacientes siempre vuelven a nosotros cuando han estado con el cardiólogo y departen con nosotros de lo que les ha dicho y vamos revisando su situación de salud. Somos como la referencia, y a mí eso también me llena de orgullo, que pueda integrar a todos nuestros compañeros de los distintos niveles. Lo que yo le pediría es que nos escuchara y que escuchara la propia sociedad. Se necesita que la Atención Primaria sea potente y adaptada al momento actual.

1 comentario

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usuario anonimo hace 54 minutos
Las cosas pintan mejor para los médicos: Castilla y León se refuerza: 122 MIR destacados se formarán en la Comunidad. Y recordemos que va a haber dos universidades más impartiendo medicina, la de León y la de Burgos
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