Es el primero de Castilla y León en adaptarse a la nueva normativa y se convierte en uno de los más modernos de la Comunidad
El Centro de Tratamiento de Residuos de Zamora, "en la vanguardia tecnológica" tras invertir 2,9 millones
Es el primero de Castilla y León en adaptarse a la nueva normativa y se convierte en uno de los más modernos de la Comunidad
El Centro de Tratamiento de Residuos (CTR) de Zamora, situado en el barrio de Carrascal de la capital zamorana, ya se encuentra en funcionamiento tras un periodo de pruebas y una inversión de 2,9 millones de euros, financiada conjuntamente por la Diputación de Zamora (2.073.080 euros) y la Junta de Castilla y León (832.390 euros).
Las instalaciones han recibido hoy la visita del presidente de la Diputación de Zamora, Javier Faúndez; el director general de Infraestructuras y Sostenibilidad Ambiental de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio; el presidente del Consorcio para la Gestión de Servicios Urbanos de provincia de Zamora, Ramiro Silva, y consejero delegado de la Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente de Castilla y León (SOMACYL), José Manuel Jiménez.
El CTR de Zamora es el primero de Castilla y León en adaptarse a la nueva normativa y se convierte en uno de los más modernos de la Comunicad Autónoma, tras la obra ejecutada por la empresa Industrias Leblan S.C. en un plazo de 10 meses.
La modernización del CTR responde a la adaptación a la normativa, obligación marcada por la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular, que establece la recogida separada de biorresiduos, y se enmarca en una estrategia con tres grandes objetivos.
Objetivos que pasan por adaptar la planta a la recogida de la fracción orgánica, permitiendo su tratamiento independiente para la producción de compost; incrementar la recuperación de subproductos reciclables, avanzando en el cumplimiento de los objetivos europeos de reciclaje; y "modernizar unas instalaciones clave para la provincia antes de la nueva licitación del contrato de explotación, prevista para junio de 2026", se explica desde la institución provincial.
Las obras han supuesto "una profunda transformación de las instalaciones". Ahora, el Consorcio de Residuos de Zamora ya trabaja en nuevas inversiones que reforzarán la recogida selectiva en la provincia.
Para 2026 está prevista la adquisición de cuatro nuevos camiones destinados a la recogida diferenciada de envases (amarillo) y cartón (azul), con una inversión de 1,4 millones de euros. Dos de estos vehículos contarán con caja cinética y compactación normal, mientras que los otros dos serán bicompartimentados para optimizar las rutas y el servicio.
Y antes de finalizar 2025 se completará una auditoría de gestión del CTR, de cara a preparar la nueva licitación del contrato de explotación del CTR, ya que el actual vence el 6 de mayo de 2025, según se indica desde la Diputación.
"Esta inversión conjunta de la Diputación y la Junta de Castilla y León permite situar al CTR de Zamora en la vanguardia tecnológica, garantizando el cumplimiento de la normativa, la mejora de la gestión de residuos y la creación de valor económico a partir del reciclaje", según el presidente de la Diputación, Javier Faúndez.
Igual que ha destacado que "estas instalaciones modernizadas son una muestra de la cooperación institucional en favor de un modelo más sostenible, eficiente y comprometido con los objetivos de la economía circular".
Tras la ejecución de este proyecto, Zamora se dota de un centro de referencia para el tratamiento de residuos, se anota desde la misma institución, que permitirá incrementar las tasas de reciclaje, reducir el impacto ambiental y consolidar un servicio público esencial para los municipios de la provincia.
A partir de este momento, el Ayuntamiento de la capital ya podría recoger la materia orgánica en la ciudad, del contenedor marrón, y transportarla al CTR para su tratamiento.
Actuaciones realizadas
División del foso existente en tres bloques para diferenciar los residuos mezclados ("todo uno"), los envases y la materia orgánica.
Modificación de la línea de tratamiento, con la creación de una línea específica para el biorresiduo que permitirá transformarlo en compost de calidad.
Instalación de tres nuevos separadores ópticos de última generación, que sustituyen a los dos equipos antiguos, obsoletos y con frecuentes fallos.
Nuevo sistema de aire para garantizar la eficacia de los separadores ópticos.
Incorporación de un separador magnético e inductivo, que optimiza la recuperación de materiales férricos y de aluminio, generando más ingresos a través de la venta de subproductos reciclados.
Construcción de un búnker de acumulación de aluminio para su posterior prensado y salida al mercado.
Levantamiento de trojes para almacenar restos de podas y compost.
Instalación de un homogeneizador, que mezcla los biorresiduos con los restos vegetales para obtener un producto de mayor valor comercial.
Nuevo autómata de control de la planta, en sustitución del antiguo equipo descatalogado.
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El proyecto se ejecuta desde 2022 con un presupuesto de 17 millones de euros y el 45% está ya ejecutado
El Pleno Municipal da luz verde también a otras inversiones, como los 750.000 euros para la sustitución del césped artificial en los campos de fútbol de Valorio
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Actuaciones realizadas
División del foso existente en tres bloques para diferenciar los residuos mezclados ("todo uno"), los envases y la materia orgánica.
Modificación de la línea de tratamiento, con la creación de una línea específica para el biorresiduo que permitirá transformarlo en compost de calidad.
Instalación de tres nuevos separadores ópticos de última generación, que sustituyen a los dos equipos antiguos, obsoletos y con frecuentes fallos.
Nuevo sistema de aire para garantizar la eficacia de los separadores ópticos.
Incorporación de un separador magnético e inductivo, que optimiza la recuperación de materiales férricos y de aluminio, generando más ingresos a través de la venta de subproductos reciclados.
Construcción de un búnker de acumulación de aluminio para su posterior prensado y salida al mercado.
Levantamiento de trojes para almacenar restos de podas y compost.
Instalación de un homogeneizador, que mezcla los biorresiduos con los restos vegetales para obtener un producto de mayor valor comercial.
Nuevo autómata de control de la planta, en sustitución del antiguo equipo descatalogado.