La mayoría ha pasado la noche en municipios cercanos o en casas de familiares, mientras esperan poder regresar al pueblo, cuyas fiestas comenzaban hoy
Repartidos por media provincia, los vecinos de Porto esperan volver a casa mientras el fuego sigue avanzando
La mayoría ha pasado la noche en municipios cercanos o en casas de familiares, mientras esperan poder regresar al pueblo, cuyas fiestas comenzaban hoy
Los 1.350 vecinos y veraneantes de Porto (Zamora) que tuvieron que ser desalojados por el incendio que ha entrado en la provincia desde Ourense han pasado la noche repartidos por distintos municipios zamoranos e incluso en Braganza (Portugal). Algunos han dormido en casas de familiares o en alojamientos hoteleros, mientras que otros han tenido que hacerlo en pabellones deportivos o albergues.
El alcalde de Porto, Francisco Blanco, visitó a los evacuados alojados en Puebla de Sanabria y Lubián, y señaló que la población se encuentra "bien y relativamente tranquila", aunque con ganas de volver a sus casas. "La incomodidad de dormir en camillas en un pabellón ha quitado horas de sueño a muchos", reconoció.
Sobre el estado del incendio, Blanco explicó que el frente de Villanueva de la Sierra, el más cercano a un núcleo urbano, se ha logrado controlar mediante contrafuegos y maquinaria pesada. Sin embargo, en Porto se reactivó de madrugada un foco originado el miércoles por un rayo, que "está evolucionando a más" pero sin riesgo para el casco urbano, donde permanecen algo más de un centenar de vecinos que rechazaron evacuar.
En invierno, Porto cuenta con apenas un centenar de habitantes, pero en agosto su población se multiplica por más de diez. A la hora del desalojo, la localidad reunía unas 1.500 personas. Muchos regresaron a sus domicilios habituales en Zamora o Toro, mientras que otros fueron acogidos en casas de familiares. Unos 230 durmieron en el pabellón deportivo y el hogar social de Puebla de Sanabria, y 65 en el albergue de Lubián.
Aunque el desalojo ha coincidido con el inicio de las fiestas patronales del pueblo, la mayoría ha afrontado la situación con cierto humor, salvo los mayores, "que son quienes peor lo están pasando porque están cansados y con ganas de llegar a su casa", concluyó el alcalde.
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